El papel del indígena humano, los pocos que quedamos en el planeta, es el de guardia del orden natural, del equilibrio..., en contraste, el papel de judaizado, del hombre virus, es la destrucción del orden natural para obtener los ingredientes para el desarrollo de la máquina virus. Cuando los invasores europeos llegaron al continente Americano encontraron a grupos humanos que ellos llamaron salvajes en total y absoluta armonía con la naturaleza, los indios no los consideraban humanos, pues su forma de actuar era a sus ojos despiadada y destructiva con la madre tierra. Los consideraban por debajo del concepto humano, eso si, tecnológicamente muy superiores, de ahí que la conquista fuese llevada a cabo, la civilización más técnicamente avanzada siempre impone su ley. El gran jefe indio en su carta al gran jefe blanco se lamentaba de que los hombres virus se comportasen de esa manera con el entorno natural, ¿como podía tener más importancia la máquina humeante que los búfalos?, como se podía decir que esa pedazo de tierra era tuyo o mío, esa psicología del hombre virus no podía ser comprendida por los guardianes de la naturaleza, los indígenas. Al final todos sabemos la historia, se impuso la máquina y lo que representa, la transformación del orden natural y la esclavitud de dicho nuevo orden vírico del ser humano.

 

Resulta curioso la propagando del sistema, como manipulaba la verdad, las películas antiguas de indios y vaqueros, cuando atacaban los indios todos se quedaban horrorizados, y de repente aparecía la caballería y mataban a los indios, la gente hasta aplaudía en los cines..., la historia era bien distinta, tratándose de un genocidio, un genocidio planeado de principio a fin del hombre virus contra el guardián del orden natural.

 

Hay que tener en cuenta también el error que cometieron los indios, comprar armas al hombre virus, armas que ellos no podía fabricar ni reproducir (error que no se ve en Avatar), no podían fabricar las balas ni la pólvora, de esta forma, cometieron el error de usar la máquina contra la máquina como ya se comentó en artículos anteriores, y ganó la máquina, es decir, la industria que tenía grandes necesidades de territorio virgen sin explorar y que fomentaba todo el proceso transformador de dicho orden.

 

A día de hoy ya quedan pocos guardianes de la naturaleza y de lo que representa, la armonía y el equilibrio, se les sigue persiguiendo en la jungla del amazonas, y en África, se les cristianiza como dándoles un favor, paso previo para su total aniquilamiento psicológico, convirtiéndolos a virus,...parece ridículo aquellos que defienden a los animales que se van a extinguir teniendo en cuenta que el animal que está en mayor peligro de extinción es el ser humano (no la infrahumanidad vírica, sino el verdadero ser humano), y con ellos todo rastro de lo que era el verdadero y sagrado papel del ser humano, la protección de la naturaleza.